Hacerte especial…

Hacer especial, exclusivo y único a algo o alguien es el peor favor que le puedes hacer a ese algo o alguien y a ti mismo. Esto que parece tan guay en un principio pero que luego pierde o varía su intensidad, que crea duda ocasionalmente y que incluso llega a volverse una relación de amor-odio con dicha cosa o sujeto (cualquier tipo de relación existente sea amorosa, familiar, laboral, amistad, enrelación con cosas, con hábitos, etc), hacer especial lejos de unir realmente es una «bonita» manera de seguir fragmentando, separando e idealizando, una «bonita» manera de negar el miedo en el que te encontrabas y te encuentras, el cual te llevó a iniciar la búsqueda de esa cosa o persona especial, una «bonita» manera de sedar su intensidad y postergarlo para un poquito más adelante para así seguir apostando por el sistema de pensamiento que te lleva a todo esto y volverlo perpetuo sin que te des cuenta. Y si, no siempre pero por norma solo hasta que estás lo bastante harto de sufrir y de repetir el bucle no es que se da el permiso a la entrada de un rayito de luz, y ahí la mente decide o empieza a decidir soltar las ideas, sentimientos o emociones que hicieron iniciar dicha búsqueda permitiendo que sean observados, confrontados y desechos, obviamente cuando uno se encuentra en una situación así no puede salir sólo sin una primera ayuda «externa» (libro, enseñanza, disciplina espiritual, psicólogo, terapeuta, conferenciantes, cualquier cosa a la que se considere ayuda…) puesto que fue él mismo el que urdió el problema haciendo uso de un sistema de pensamiento el cual seguramente excluya la solución. Ahora, como podría reconocerse si la ayuda externa es la apropiada?, bueno, debería empezar a discernirse tras tanto vivido si la ayuda es honesta, humilde y empodera realmente liberando el deseo de ser o hacer especial o de lo contrario lo que está facilitando la ayuda me muestra tanto en él como en mi un deseo sutil y subyacente de ser algo especial, exclusivo y único lo cual me indicaría que posiblemente me este metiendo de nuevo en la boca del lobo y a estas alturas, ciertamente, no sería lo más conveniente. Toda verdadera ayuda enseña que la ayuda siempre proviene de ti.

Miguel Ángel

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