El saber no ocupa lugar…

El saber no ocupa lugar pero siempre ocupa algo…
Se suele almacenar una cantidad inconmensurable de saberes que se tornan inútiles siempre por falta de uso, algo bastante común. Se suelen aprender numerosísimas terapias, disciplinas y conocimientos que luego quedan colgados o guardados lindamente junto al diploma obtenido porque en vez de profundizar y tratar de aplicar lo aprendido resulta más interesante hacer esa nueva cosa que ha salido al mercado y colgarse una nueva medalla sin logros. En todo este «saber que no ocupa lugar» también podemos comprar ideas de buenas a primeras sin aplicar ni el más mínimo estudio, profundización o discernimiento cuerdo y lógico el cuál acaba causando más mal que bien. Y también podemos acabar cogiendo el hábito de mantenernos en una búsqueda incesante de un poquito más de felicidad, tranquilidad o paz a través de todos estos saberes, terapias, disciplinas, charlas o vídeos que todas mezcladas dan la posibilidad de liar y complicar más el camino de esa búsqueda de felicidad volviéndola ciertamente agotadora y tortuosa, y es que a veces las buenas intenciones tras un nuevo saber, terapia o nuevo intento de empezar otra cosa no son suficientes. El saber no ocupa lugar pero siempre ocupa algo y si ese saber no fue constructivo, no fue creativo, no abolió por completo el hábito de búsqueda y no te arrojó a la felicidad uno debería preguntarse que es lo que está ocupando ese saber porque ocupar por ocupar es innecesario y no tiene sentido.

Miguel Ángel

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