El mayor síndrome…

El mayor síndrome de Estocolmo siempre se padece con uno mismo y hacemos que sea aceptable poniéndole nombres tales como creencias, patrones o diciéndome «es lo que me enseñaron»…y la manera de deshacer este «dulce» aprisionamiento es mediante la retirada de la insistencia y el aprecio oculto que se le profesan a dichas creencias, no hay otro modo, ni nadie que pueda hacerlo por ti…

Miguel Ángel

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